Mostrando entradas con la etiqueta Amor propio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Amor propio. Mostrar todas las entradas

Antología de un amor desusado

 


¿Cuáles fueron esas partes abandonadas que correspondían a mi femineidad?


No lo recordaba, pero fueron esas partes identificadas con la naturaleza creadora de vida. Parir. Dar prolongación a la especie.


Era muy joven e inexperta. La decepción amorosa se mezcló con esas partes infantiles que le juran lealtad a los padres como fuente de amor y vida (porque un niño ve así a sus padres solo que no lo sabe).

El liderazgo personal


Siempre me ha gustado llevar la delantera, si estoy haciendo una actividad en grupo, soy de las que prefiere ir de primera y guiar al resto, tal vez porque soy la hermana mayor y tomar el mando no me cuesta.

Aunque no me considero una persona competitiva ni me siento una líder, pero siempre he apostado por inspirar, motivar, tomar la iniciativa e incentivar a otros, siendo éstos rasgos muy característicos del liderazgo.

¿Pero qué pasa cuando estás de puertas hacia adentro del mundo? El concepto de liderazgo toma otras formas y más cuando te toca ser la líder de tu propia vida, así que el gestionar, promover o convocar son conceptos que quedan relegados y más cuando no se tiene una buena valoración de la estima propia.

Hasta que no caminas hacia el autoconocimiento y sus múltiples calles empedradas no te das cuenta que construir tu propia identidad o tomar decisiones conscientes son parte de un liderazgo personal.

La tristeza es minimalista



Llevo toda la vida huyendo de la tristeza… Es más:

          👉Ni me permitía estar triste
          👉Ni se lo permitía a los demás
          👉Ni me gustaba estar con gente triste
          👉Ni me parecía buena idea transitar esa emoción

¿Sentía tristeza? Seguro que en muchos momentos… Pero impedía que aflorase y se me fue quedando dentro.

Sin embargo, una cosa curiosa, aunque no me gustaba la tristeza ni la gente triste, tenía cierta tendencia a rodearme de este tipo de gente a quienes intentaba salvar constantemente.

Ahora entiendo que detrás de esa actitud había una tremenda necesidad de salvarme a mí misma.

Una cita conmigo misma


Ayer tuve una cita, la mejor que he tenido en mi vida, fuimos a desayunar y nos compenetramos en silencio, no fue necesario conversar mucho porque era reconfortante compartir ese espacio sin pronunciar palabra alguna, comimos despacio, degustando cada bocado mientras observamos a la gente pasar con esa prisa que a todos les caracteriza.

Luego nos tomamos de mano y fuimos a hacer yoga, fue el momento perfecto para acoplarnos, íbamos al compás del cuerpo y la respiración, lo cual me hizo estar en presente conexión en todo momento, en plena faena se estableció una complicidad, una camaradería, una chispa en la mirada acompañada de esas sonrisas picaras que te ubican en otro espacio y otro momento, pero que a la vez te devuelven al presente y te reconectan con la vida.

Cómo cambiar el guión de tu película romántica

Acabas de terminar una relación de pareja, y luego de darte un tiempo de descanso, o de no hacer ningún tipo de duelo porque definitivamente eso no es lo tuyo, decides darle continuidad a tu película romántica.
Ya tienes un guión establecido y una historia contada a partir de un sistema de creencias que has ido construyendo con tus relaciones anteriores y ahora te dispones a hacer un casting para nuevos actores.
Ya sabes cuáles son los roles preestablecidos de la actriz principal que eres tú, por lo general ella ha sido la malquerida o aquella mujer a la que nunca nada le será suficiente, tienes claro que la protagonista lleva siempre el mismo tipo de actuación y sabes con antelación cuáles serán sus sufrimientos.

Recuperar la autoestima después de la ruptura


Este año me voy a dedicar a crear contenido enfocado en la pareja y más específicamente en reconstruirte después de una ruptura de pareja y preparar tu corazón para un nuevo amor, y lo pudiste ver en el primer post de esta serie titulado Recomenzar la vida afectiva.

Si estás abriendo la newsletter que te envío mensualmente, ya te habrás enterado de ello antes de haber leído este post y además estarás disfrutando de la reflexión que estoy realizando exclusivamente para suscriptoras.

Así que como voy a hablar sobre reconstruirte después de una relación, por supuesto que el tema de autoestima es uno de los primeros temas que se deben abordar.

10 posts sobre amor propio que toda mujer debe leer


Hace ya rato que no escribo para mi blog, tal vez es que me estoy acostumbrando un poco a que mis escritoras invitadas escriban por mí, y yo, tal cual una editora de revista, me encargo de leer, corregir y publicar.

Y precisamente, como tengo escritoras invitadas, tengo también nuevas lectoras, es por ello que he decidido hacer un post recuento, una de esas recopilaciones que tanto gustan con el propósito de que estas nuevas féminas conozcan un poco mi trabajo y sepan de qué va este blog, y este está enfocado en la mujer que necesita información y quiere orientarse acerca del amor propio y cómo se consigue eso que muchos llaman autoestima.

Pareciera que el amor propio está de moda, estamos en un mundo donde la mujer está cada vez más empoderada, pero al mismo tiempo es difícil desligarse de esos patrones ancestrales que nos han venido definiendo.

Es por ello que me voy a dedicar a dejar un arsenal de información muy valiosa si estás en este camino de amor propio, si aterrizaste en estas líneas es porque estás trabajando en ti misma y en la búsqueda de nuevos conceptos y percepciones.

En busca de mi pareja interna



Siempre era yo, no podía verlo pero en todo momento fui yo, era el poco amor que me tenía manifestándose constantemente, llevándome hacia el despertar de mi consciencia. Es un espejo en donde a diario me veo pero en el que no me reconocía, mi proyector me hacía ver cosas de mi que no aceptaba, que no veía, pero yo lo único que hacía era rechazarme a mi misma al rechazarlo a él en todo momento.

Ahora lo tengo claro. Somos el espejo del otro. Mi pareja es mi espejo. Siempre estuve proyectando mis necesidades en el otro pero no lograba verlo. Ahora comprendo que no es su culpa sino mi responsabilidad. En realidad detesto la palabra culpa, es un patrón conductual que hacemos todos para dejar la pelota al otro lado de la cancha y no en el lado nuestro.

Así que por este trabajo de amor propio que he venido haciendo decidí ir en busca de mi pareja interna, pero siempre estaba el otro interponiéndose hasta que razoné y vi que en todo momento era yo quien ponía la barrera, y en esa búsqueda me di cuenta que mi pareja externa ha sido siempre un instrumento para el autoconocimiento y para  conocer e ir al encuentro de mi pareja interna.

Cuando el desamor propio nos delata



Creemos que no se nota, estamos seguras que nadie se va a dar cuenta, es que es imposible que alguien lo llegue a percibir, mucho menos cuando tenemos una buena casa, una profesión, vamos a buenos restaurantes, viajamos y además cambiamos de carro constantemente, detrás de toda esa parafernalia, nadie puede darse cuenta de nuestro poco amor propio, nadie sabe de ese sentimiento de inadecuación que siempre te invade o lo poco atractiva que suele ser tu imagen frente al espejo.

Pero ocurre que el amor propio no es para nada ruidoso, así que ni creas que esas actitudes fanfarronas y arrogantes te ponen por encima o tapan lo que no se nota, al contrario, son señales de baja autoestima e inseguridad que siempre te delatan, le gritan al mundo lo enojada que estás con quien eres y la persecución que llevas contigo misma, porque cuando nos vinculamos le proyectamos a otros aquello que creemos que merecemos, y aunque no lo creas, nuestros actos comunican falta de respeto, falta de límites y desvalorización.

Así se me fue medio año



Desde que comenzó este año solo me establecí un único propósito: trabajar en mi amor propio, lo cual no quiere decir que me he estado abstrayendo y olvidando del mundo en los últimos seis meses, me he ocupado más bien de organizar mis sentimientos, apaciguar mi ego y de cambiar mis pensamientos, y aunque he trabajado de puertas hacia adentro, lo he estado haciendo para tener una mejor conexión con el mundo que me rodea tan solo colocando el amor propio en su lugar.

Lo primero que identifiqué fue esa mirada externa y la baja tolerancia que tenía a la crítica o a las malas intenciones, sobre todo al referir mi estado de ánimo negativo a otra persona, y es por ello que escribí Cómo la gente te ve, precisamente para identificar desde qué autoestima o desde qué nivel de interpretación dejaba que la opinión de otro me afectara.

La mujer no amada



¿Cómo es la mujer no amada? Es una mujer herida, dormida y ausente de sí misma, que aunque ha tenido encuentros amorosos, siempre se ha sentido insuficiente en el amor, las personas que han sido parte de su historia afectiva han venido a mostrarle su propia herida, y ella, totalmente negada a verla, ha preferido quedarse como la víctima y ha decidido colocarse la etiqueta de abandonada o rechazada y continuar caminando con el corazón roto por la vida.

Esta mujer ha sido amada pero no se ha llegado a sentir amada, no ha codificado el amor en sus encuentros afectivos, quienes se acercaron a su corazón solo la han podido amar como ella misma se ha amado, no tenían opción para quererla de otra manera, y esto hizo que el mundo de afuera se volviera un ratificador de lo que ella llevaba por dentro.

Primera actitud a cambiar: No subestimar



Voy a desarrollar en tres lecturas distintas, tres actitudes que debemos cambiar y que tengo la certeza son fundamentales para poder vivir en plenitud y alcanzar el desarrollo personal que tanto deseamos, además de lograr relaciones armoniosas con los seres que amamos y con aquellos que son parte de nuestra cotidianidad, por lo que he denominado a la primera de ellas: No subestimar. Son como una especie de mandatos de vida y es por ello que irán redactados con el verbo en infinitivo y de forma imperativa... Comencemos.

Tenemos la errada costumbre de ir por la vida cuestionando el merecimiento, no solamente el propio, sino el ajeno, pareciera que nos encanta ir en contra de las creencias y capacidades de lo que podemos lograr y de lo que otros pueden llegar a ser o tener, sin darnos cuenta que todos los seres humanos nacemos con una misión específica de vida y desarrollamos para ella dones infinitos que podemos llegar a convertir en potencialidades inimaginadas, y lo único que tenemos que hacer es creer, no más, solo creer; pero de pronto alguien te subestima con comentarios hirientes, y pueden pasar dos cosas, demostrarle lo contrario o creerte la no valía, puedes tomar la subestimación como impulso o dejar que te arrope y nunca descubrir si realmente lo lograrías.

Mi relación conmigo



Desde pequeñas nos enseñaron a relacionarnos, nos dijeron que debíamos ser buenas hijas, buenas hermanas, buenas nietas, buenas primas, buenas amigas, buenas compañeras; pero nadie le dio nombre a nuestra relación personal y mucho menos a que debíamos ser buenas con nosotras mismas, al parecer nos incitaban a socializar y nos cuestionaban cuando queríamos pasar nuestros días de puertas cerradas hacia la vida.
Recuerdo mi maravillosa infancia, la mayoría del tiempo vivía inmersa en mi propio mundo, mi madre dice que podía pasar horas y horas encerrada en mi habitación jugando con mis juguetes y que así tranquilamente se me podían ir los días, estaba en comunión conmigo y era feliz sin saberlo, el problema estaba cuando tenía que ir a compartir, por aquello de tener una familia numerosa (y cuando digo numerosa es porque te estoy contando que somos 51 primos hermanos solo por parte materna), por lo que el tema de socializar era recurrente, así que mientras crecía poco a poco me fui olvidando de esos espacios a solas y empecé a conjugar mi vida en plural rodeada de tantos, y así me fui olvidando de esa mágica relación que tenía conmigo.

30 minutos en 30 días



Como me gusta seguir las tendencias de mis bloggers favoritos e inspirarme con ellos, leer artículos a diestra y siniestra y ser una consumidora de blogs de todo tipo, pude darme cuenta que en este comienzo de año 2016 hubo dos proyectos de 30 días que seguí al pie de la letra de dos blogueras, en el mes de enero Aniko Villalba presenta “30 días de escribirme” y luego en febrero Diana Garcés propone “30 días hablando de blogs y productividad”.

Así que tomo estas dos maravillosas iniciativas como inspiración y propongo para marzo 30 minutos en 30 días, el cual es un proyecto de videos que estoy realizando este mes y que voy a compartir AQUÍ.

A partir de hoy y en los próximos 30 días les estaré contando sobre mi meta personal de este año: Mi amor propio, lo que estoy haciendo para lograrlo y muchos tips de crecimiento personal que he aprendido en estos dos últimos años llevando a cabo la escritura reflexiva.

Mis pequeños espacios de soledad


Es irónico como es que comienzo escribiendo en este blog hace más de dos años haciendo honor a su titulo y que en la actualidad carezca de esos espacios de soledad para fortalecer mi espíritu. Antes la soledad era tan ensordecedoramente asfixiante para mí y ahora se ha vuelto tan necesaria, tan improbable, casi inalcanzable y descartable.

Conquistar espacios que sean solo míos ya no se ajusta a mi realidad, antes me tragaba la soledad por toneladas y ahora solo pruebo bocados de mi absoluta presencia, porque con el tiempo la soledad se fue transformando de un espacio vacío a un lugar lleno de mi, así que cuando el silencio se acerca yo solo comienzo a reconfortarme, a saber que por un rato estaré en mi compañía, solo conmigo, a solas del mundo, plena de mi, tal vez sin decirme nada o quizás dando gritos internos de lo que me estuve callando por tanto tiempo.

El día que te aceptas


Muchas veces olvidamos lo valiosas que somos debido a experiencias o declaraciones erróneas que terminan distorsionando nuestra esencia verdadera, cuando elaboras imágenes de ti en distintas escenas de la vida, puede que en muchas te descartes como un ser valioso a partir del concepto equivocado que alguien tuvo de ti y te lo hizo saber sin cautela ni empatía, y lamentablemente lo acogiste como una creencia personal y decidiste llevarlo arraigado a lo que piensas de ti y a tu concepto de la vida.


¿En qué momento del vivir nos perdimos de nosotros mismos? Las experiencias duras nos preparaban para llegar a la etapa plena de nuestro crecimiento como seres humanos, pero sucede que a las dificultades en vez de tomarlas como oportunidades, las vemos como castigo, entonces en vez de tomar esos episodios para amarnos y cuidarnos y acercarnos a nosotros mismos, lo que hacemos es que nos abandonamos y nos alejamos de quienes somos, y en vez de enriquecernos, nos vamos escaseando de amor propio, dignidad y auto respeto.

La nueva mujer romántica


La mujer que crea que con su amor puede cambiar a los demás sin primero haber intentado cambiarse a ella misma, es una antigua mujer romántica, y digo antigua por no decir arcaica ni retrograda, la mujer de antes jugaba a hacerse la indispensable para que no la dejaran de amar, la de ahora, ha descartado de su vida la palabra necesidad.


Si por mucho tiempo te has empeñado en darle a ese hombre lo que eres incapaz de darte a ti misma, si has perdido conexión con tu ser por desbordarte de amor y sacrificarte por el mismo motivo, has llevado tu concepción de romanticismo al lugar equivocado.

Sé que ya te lo he dicho antes, pero es importante recalcarlo, el mejor romance de tu vida es el que tengas contigo misma, los caminos hacia tu corazón solo los conoces tú, y al tenerlos claros, podrás conducir a quien llegue a tu vida, o a quien ya se encuentre en ella, a los linderos de tu alma para ratificar la felicidad que tú ya posees.

Buscando el amor propio



Ya llevo rato haciendo una búsqueda que pareciera fuese fácil pero es definitivamente cuesta arriba, hay diversas teorías sobre lo que es amarse a uno mismo, pero siempre termina siendo una experiencia muy personal, íntima y profunda que no puede compararse con la de nadie más. Cuando se habla de buscar el amor propio es preciso seguir ciertas rutas, caminos que nos parecen intransitables y angostas calles empedradas que muchas veces preferimos evitar y tomamos la vía mas fácil, esa que precisamente nos aleja de nosotros mismos.

Hagamos un ejercicio e imaginemos que tenemos en nuestras manos un mapa que nos indica cómo llegar hacia el amor propio, en él se destacan algunas estaciones donde debemos detenernos y aprender ciertas cosas para seguir nuestro destino. La primera estación se llama “Aceptarnos sin juzgarnos”, nada más el nombre mueve algo en nosotros y nos provoca un extraño ruido que decidimos ensordecer tomando otro camino. En esta estación debemos aceptar nuestra mente, emociones, esperanzas, sueños, la personalidad única que nos caracteriza, y lo más importante, aceptar nuestro cuerpo tal como es, así que sin rechazarnos ni sabotearnos la felicidad, la libertad y el amor, podemos continuar el camino.