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Un cambio de personalidad



Soy una absoluta creyente del cambio, sé que no tenemos la misma personalidad hoy que hace veinte años o diez años o diez días, esto es parte del proceso evolutivo, pero ocurre tan lentamente que no podemos reconocer que no somos hoy las mismas personas de ayer, así que cuando alguien habla de ti haciendo referencia al pasado o cuando tiene una concepción tuya a partir de lo que hiciste hace un par de años, déjame decirte que esa persona ya no te conoce más.

Mientras avanza la edad la personalidad va cambiando, pasan los años y las personas afianzan su estabilidad emocional, su autocontrol, su amabilidad e incluso la apertura hacia nuevas experiencias, la aventura no es una característica exclusiva de la juventud, un cambio de personalidad puede impulsarte a vivir la vida de otra manera y desde otros lugares.

Cómo la gente te ve



Es cierto, a donde quiera que vayamos o donde sea que nos encontremos siempre estaremos rodeados de personas que nos amen y personas que nos detesten, y esto ocurre porque todos tenemos una percepción distinta de la vida, estarán los que noten tus lados buenos, y otros, los no tan buenos; porque si hay algo de lo que debemos estar seguros, es que nuestras partes oscuras existen y muchas veces salen a relucir y hay algunos que las notan y otros que no las perciben, tal vez porque aquel que se fijó o identificó con tus partes lumínicas no tuvo la necesidad de profundizar para descubrir aquellos lugares tuyos en los que no iluminas tanto desde tu personalidad y tu forma de enfrentar la vida.

Cuando alguien te comienza a distinguir desde tus lados oscuros, es difícil que llegue a conectarse con tus partes buenas, estas personas se quedan con una sola percepción y comienzan a enviarnos mensajes que lo más probable es que rechacemos y hasta nos pongamos en el papel de victimas de sus desagravios como un mecanismo de defensa propia y tomemos esa actitud como una condena, pero si comprendes que en muchas oportunidades las personas que forman parte de nuestras vidas pueden ver cosas de nosotros de las que quizás hasta ahora ni nosotros mismos nos hemos visto, y puede incluso que resultemos ser un espejo en el que el otro va descubriendo sus lados no tan buenos, entonces sabrás que cada persona vino a ti para hacerte ver partes tuyas muy intrínsecas, a través de lo que el otro te muestra y de lo que ti percibe.

El día que te aceptas


Muchas veces olvidamos lo valiosas que somos debido a experiencias o declaraciones erróneas que terminan distorsionando nuestra esencia verdadera, cuando elaboras imágenes de ti en distintas escenas de la vida, puede que en muchas te descartes como un ser valioso a partir del concepto equivocado que alguien tuvo de ti y te lo hizo saber sin cautela ni empatía, y lamentablemente lo acogiste como una creencia personal y decidiste llevarlo arraigado a lo que piensas de ti y a tu concepto de la vida.


¿En qué momento del vivir nos perdimos de nosotros mismos? Las experiencias duras nos preparaban para llegar a la etapa plena de nuestro crecimiento como seres humanos, pero sucede que a las dificultades en vez de tomarlas como oportunidades, las vemos como castigo, entonces en vez de tomar esos episodios para amarnos y cuidarnos y acercarnos a nosotros mismos, lo que hacemos es que nos abandonamos y nos alejamos de quienes somos, y en vez de enriquecernos, nos vamos escaseando de amor propio, dignidad y auto respeto.

En busca de mi crecimiento interno


Refinar y mejorarme como persona es un objetivo que lo llevo muy claro y en el cual he estado trabajando desde hace algún tiempo, el impulso por conseguir un estado de plenitud es una fuerte motivación para mí, la postura básica que tengo hacia la vida y mis prioridades se han volcado hacia un estado de realización interior cuya meta no tiene un límite establecido, al menos que ese tope signifique la libertad absoluta de mi alma.
Siempre estoy abierta a nuevas experiencias, tal vez esto sea porque necesito de constantes estímulos y actividades de índole mental en las que también se involucre la contemplación y por ende la creatividad. No me gusta verme inmersa dentro de las expectativas de los demás, y como me gusta improvisar, esto suele ser bastante decepcionante para los otros, además como mi espíritu no es para nada competitivo, no ando midiéndome con nadie ni entrando en las comparaciones, es por ello que cuando toca jugar, por lo general me retiro.

Buscando el amor propio



Ya llevo rato haciendo una búsqueda que pareciera fuese fácil pero es definitivamente cuesta arriba, hay diversas teorías sobre lo que es amarse a uno mismo, pero siempre termina siendo una experiencia muy personal, íntima y profunda que no puede compararse con la de nadie más. Cuando se habla de buscar el amor propio es preciso seguir ciertas rutas, caminos que nos parecen intransitables y angostas calles empedradas que muchas veces preferimos evitar y tomamos la vía mas fácil, esa que precisamente nos aleja de nosotros mismos.

Hagamos un ejercicio e imaginemos que tenemos en nuestras manos un mapa que nos indica cómo llegar hacia el amor propio, en él se destacan algunas estaciones donde debemos detenernos y aprender ciertas cosas para seguir nuestro destino. La primera estación se llama “Aceptarnos sin juzgarnos”, nada más el nombre mueve algo en nosotros y nos provoca un extraño ruido que decidimos ensordecer tomando otro camino. En esta estación debemos aceptar nuestra mente, emociones, esperanzas, sueños, la personalidad única que nos caracteriza, y lo más importante, aceptar nuestro cuerpo tal como es, así que sin rechazarnos ni sabotearnos la felicidad, la libertad y el amor, podemos continuar el camino.