El don de saber escuchar


Al recibir la invitación de Eliana para contestar la pregunta: qué estoy haciendo para impactar positivamente a mi comunidad, mi gente, mi región, mi país, inicialmente pensé: “pero impactar tiene que ver con golpear, o chocar algo fuertemente”. Fue entonces al dirigir mi atención a la palabra positivamente que mi mente empezó a tener poco a poco mayor claridad. Me dije: ¿cómo yo una simple humana pueda causar un efecto positivo en otras personas o lugares? Empezó mi mente a elaborar algunos pensamientos acerca de ello.


De entrada, rumié en como mi ego algunas veces me hace pasar jugadas que amenazan mi forma de percibir las cosas. Porque la vida es sencilla, simple y sencilla, pero el ego a mi parecer lo complica todo. Desde mi ego rebuscado y majadero, podría imaginar una forma muy altruista de impactar a medio mundo para quedar grabada en la memoria de la humanidad por siempre… Sin embargo, la cosa es más sencilla en realidad. Pero tan solo el paso del tiempo y las experiencias vividas me permiten ahora verlo así. Pensé: “Todos los días impacto a la gente a mi alrededor en primera instancia con solo permitirme ser yo, así, simple y llanamente siendo yo”.

Cuando sea grande...


El año ha comenzado y, como ya es costumbre por este blog, inicia también un nuevo proyecto de escritoras invitadas, el cual he titulado Mujeres que inspiran, éste será el último proyecto que llevaré a cabo ¿y qué mejor forma de cerrar este ciclo de escritoras con la inspiración como bandera?

Nuevamente 12 mujeres se unen a esta travesía de escritura y esta vez vamos a ver cómo llegaron hasta ese punto de inspiración en el que ahora se encuentran a través de sus historias.

Comenzaremos este ciclo de inspiración con Christy Gois, una mujer que acompaña a familias a Criar para cambiar el mundo, desde su trinchera ella propone la disciplina positiva y una maternidad más consciente, así que a continuación podrás leer su historia de inspiración.

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¿Qué quieres ser cuando seas grande?

Peluquera... de niños
Doctora... de niños
Maestra... de niños
Artista... de parques de niños

Por estas respuestas me paseaba durante toda mi infancia y es que desde temprana edad tenía claro que mi felicidad era cerca de los niños, que era allí rodeada de niños donde me sentía plena. 

Por cosas de la vida y por influencia de mi entorno acallé por mucho tiempo esto que de niña tenía muy claro y terminé estudiando una carrera que nada tenía que ver con los niños.

Un año escribiendo un libro en compañía



El año pasado logré cumplir uno de los sueños más grandes de mi vida: Escribir mi primer libro, pero no lo hice sola, lo hice en compañía.

No solo porque es un libro de coautoría que escribí junto a mi amiga Leslye Rivera, sino además porque fuimos un grupo de escritoras que nos apoyamos mutuamente para llevar a cabo la titánica labor de cada una escribir sus propios libros (desde sus trincheras).

Junto a ellas me lancé al vacío de un compromiso público que me retó a culminar un libro que había comenzado a escribir un par de años atrás.

La aventura fue mágica y vertiginosa, a veces caía en la trampa del desánimo y con facilidad pude haber desistido, así como lo había hecho reiteradas veces, pero esta vez no estaba sola, ya el compromiso no era solo conmigo, sino con este grupo de escritoras que al igual que yo querían ser autoras.

Pero el viaje hacia la autoría no es sencillo, a veces hay encrucijadas de bloqueo y sequía creativa en donde te puedes quedar atascada varios días o semanas, pero lo genial de escribir en compañía, es que al querer desistir, alguna de ellas te rescata y tu viaje hacia la escritura se vuelve a reiniciar.