El proyecto de escritura creativa "De Escritoras a Autoras" lleva consigo varias frases que lo caracterizan como: "Alguien necesita leer lo que tú necesitas escribir", "Salir del letargo de la postergación" o el que nos convoca en este post "Escritoras saliendo del closet".
Escritoras saliendo del closet
La fobia, acompañante silenciosa
Soy la fobia. Llego a interrumpir la
rutina, el ciclo natural de la vida, cuando crees
estar en control, tranquila, llego a desestabilizarte, a remover el suelo por
el que pisas, soy yo, la fobia y hoy vengo a contarte un poco de mi.
Vivo escondida
en lo más profundo de tu ser, pero sólo necesito un pequeño estímulo para salir
a flote, tratas de disimularme pero seamos honestas, tú
y yo sabemos que no puedes, así que has tenido que aprender a convivir conmigo,
quién diría que las cosas que parecen tan rutinarias como conversar con
personas, sobre todo las que no comparten tus mismos criterios y te juzgan, te
harían transpirar, sentir escalofríos y hasta náuseas, quién podría comprender
mejor que tú, que sólo un patrón de agujeros te haga arrugar la cara, tensar
los hombros y desviar la mirada porque se te hace insoportable.
Todos hablan de la alegría, el temor, la rabia, la sorpresa, todas tienen un lugar en las historias de la gente, en el cine, la radio y la televisión tal cual estrellas de cine, pero yo, la fobia, quedo relegada a la silla del psiquiatra, uno de los pocos que se atreve a hablar de mí abiertamente, ¿Será que los demás me tienen Fobia? Que no pase desapercibida la ironía.
Cuando la tristeza invade nuestra vida
La antagonista de tu vida
En busca de mi pareja interna
Ahora lo tengo claro. Somos el espejo del otro. Mi pareja es mi espejo. Siempre estuve proyectando mis necesidades en el otro pero no lograba verlo. Ahora comprendo que no es su culpa sino mi responsabilidad. En realidad detesto la palabra culpa, es un patrón conductual que hacemos todos para dejar la pelota al otro lado de la cancha y no en el lado nuestro.
El día que te aceptas
Romper la rutina, abrir el camino
Tomar riesgos no es algo que le sea placentero a cualquiera, son muchos los que llegan al final de sus días sin haber vivido realmente porque siempre estuvieron vestidos de miedo, demasiado asustados para arriesgarse o para vivir una aventura y colocaron a la estabilidad como una prioridad tambaleante. Gente que no ha sido capaz de ir en contra de la cotidianidad rutinaria, que dejan ir oportunidades como si algún día llegarán en cambote, que no se atreven a probar nuevas comidas, usar otro tipo de color en la ropa, caminar por otras calles, dejar de planificar y por alguna vez improvisar.