El liderazgo personal


Siempre me ha gustado llevar la delantera, si estoy haciendo una actividad en grupo, soy de las que prefiere ir de primera y guiar al resto, tal vez porque soy la hermana mayor y tomar el mando no me cuesta.

Aunque no me considero una persona competitiva ni me siento una líder, pero siempre he apostado por inspirar, motivar, tomar la iniciativa e incentivar a otros, siendo éstos rasgos muy característicos del liderazgo.

¿Pero qué pasa cuando estás de puertas hacia adentro del mundo? El concepto de liderazgo toma otras formas y más cuando te toca ser la líder de tu propia vida, así que el gestionar, promover o convocar son conceptos que quedan relegados y más cuando no se tiene una buena valoración de la estima propia.

Hasta que no caminas hacia el autoconocimiento y sus múltiples calles empedradas no te das cuenta que construir tu propia identidad o tomar decisiones conscientes son parte de un liderazgo personal.

La teoría del crecimiento personal es muy hermosa pero la práctica no lo es tanto, lees docenas de libros y artículos de blog, asistes a muchas conferencias, escuchas infinidad de podcast y por dentro todo sigue igual.

Hay días en los que sientes que el desarrollo personal es una mierda y te das permiso para llorar, para sentir rabia y para tirar a la basura toda esa teoría sobre pensamiento positivo.

Y hay días en los que tienes la asombrosa habilidad de liberarte a ti misma de los pensamientos opositores y dirigir tu vida hacia los logros personales y profesionales con la más sutil destreza.

Son justo esos días en los que te conviertes en la líder de tus creencias, valores y cualidades y caminas por la vida con la sensación de que nada puede derrumbarte.



Qué soleados días para la mente y el corazón cuando el
liderazgo personal hace acto de presencia, esos días de motivación, perseverancia, positivismo y sinergia son excelentes para enfocarte y darle un poco de claridad al panorama.

El liderazgo personal como valor es esencial en cada persona, ya que cuando estableces cómo quieres vivir tu vida y con qué valores te identificas el camino se hace menos tortuoso.

Particularmente en el ámbito profesional tengo muy desarrollados valores como la creatividad, la responsabilidad y la constancia, y ahora se une a ello el liderazgo personal.

Así que regreso la mirada a mi blog Espacios de Soledad y a todo lo que he construido con él y me doy cuenta que me estoy convirtiendo en una líder de mujeres que están buscando el amor propio como norte y esto ha ocurrido porque yo primero hice esta búsqueda en mi, a través de mi liderazgo personal.

Pero esto lo puedo ver justo ahora que escribo estas líneas porque es cuando comprendo que para poder liderar a los demás tuve primero que haberme liderado a mí misma.

Pareciera que son unos pocos los que tienen la capacidad de liderar a unos cuantos, pero todos tenemos la habilidad de ser nuestros propios líderes, solo hay que activarlo en nuestro interior descubriendo lo que nos gusta y lo que queremos sanar para crecer como personas.

La capacidad que tengo para tomar las riendas de mi vida ha sido algo que me ha regalado el liderazgo personal, porque cuando estableces tus prioridades y haces ese conocimiento introspectivo, puedes llegar a liderarte a ti misma sin sentir que atropellas a otros o te llevas por delante tus propias creencias.

En el ámbito de familia tengo desarrollados valores como el amor, la unión, la paciencia y el respeto y aquí el liderazgo personal también juega un papel muy importante ya que cuando sabes dónde y con quién quieres estar, también eres capaz de dirigir a tu manada para que vaya contigo hacia una vida plena.

Tengo la absoluta certeza de que las mujeres debemos sanarnos para ser mejores madres y de esa forma aplicar el liderazgo personal a cada uno de los integrantes de nuestra familia, porque si nosotras estamos perdidas por dentro ¿quién podría guiar el proyecto familiar?




Así que el liderazgo personal es un valor aplicable a todas las ramas de valores, desde el universal, sociocultural, empresarial, intelectual, espiritual y hasta material y estético, ya que es un valor muy enraizado con el autoconocimiento y la autoestima, un valor tan necesario en cada persona del planeta, que si todos estuviéramos conectados con él, viviéramos en un mundo distinto.

El día que tomé las riendas de mi vida fue el día en el que comencé a creer en mí y a dejar que mis buenos pensamientos influenciaran mi camino, tuve que batallar con creencias limitantes, tuve que aprender a desaprender aquello que me inculcaron y que ya no se parecía a mi presente, tuve que deslastrarme de los valores ajenos y construir los propios adaptados a mi realidad y mi época.

No es fácil construir un liderazgo personal, sobre todo cuando llevas tiempo alejada de tu amor propio, cuando la autoestima está por el piso, prácticamente hay que empezar desde cero.

Pero ahora me gestiono emocionalmente, tomo la iniciativa cuando las cosas no van muy bien dentro de mí, me motivo, me convoco y me incentivo, sabiendo que no todos los días pintarán bien, y en esos días me doy permiso para caer y sentirme frustrada, porque sé que el jubilo constante no existe y que la plenitud de la vida también tiene días grises.

Y ahora cuando me pregunten que cuál es mi valor más importante, sin duda alguna responderé que el amor es mi bandera, la cual siempre llevo izada, y que es el liderazgo personal el viento que la levanta.


Nota: Este post lo escribí para el blog de Virginia Obeso en el 2019, año en el que ella invitó a 12 blogueras, incluidas yo, para participar en un proyecto de escritoras invitadas donde cada una escribimos sobre un valor diferente, asignado por la misma Virginia, lamentablemente ella cerró su blog, pero me parece tan valioso este texto, que ahora lo traigo para que sepas de qué trata El liderazgo personal.

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