Hace algunos meses alguien a quien amo mucho me
dijo que siempre veía en mis escritos a una Eliana triste y no a una persona
que también saber ser alegre y ocurrente, tal vez esto sea porque cada vez que
escribo saco a relucir mi lado más reflexivo y filosófico y descarto del todo a
esa yo chistosa que ríe a carcajadas y adora de vez en cuando ser la humorista
de las reuniones.
Pero sí, también sé reírme, también suelo ser
jocosa e irreverente, impulsiva y burlista, es que no solo me gusta reír sino
hacer reír a los demás, siempre digo que si se me hubiese presentado la
oportunidad sería capaz de subirme a un escenario y ridiculizar a algún
personaje y hacer caras graciosas hasta que todos mueran de risa, de hecho
cuando cuento chistes (que es mi gran especialidad) me encanta dramatizar y
hacer en la historia desenlaces improvisados, exagerados y llenos de humor.