Es irónico como es que comienzo
escribiendo en este blog hace más de dos años haciendo honor a su titulo y que
en la actualidad carezca de esos espacios de soledad para fortalecer mi
espíritu. Antes la soledad era tan ensordecedoramente asfixiante para mí y
ahora se ha vuelto tan necesaria, tan improbable, casi inalcanzable y
descartable.
Conquistar espacios que sean solo
míos ya no se ajusta a mi realidad, antes me tragaba la soledad por toneladas y
ahora solo pruebo bocados de mi absoluta presencia, porque con el tiempo la
soledad se fue transformando de un espacio vacío a un lugar lleno de mi, así
que cuando el silencio se acerca yo solo comienzo a reconfortarme, a saber que
por un rato estaré en mi compañía, solo conmigo, a solas del mundo, plena de
mi, tal vez sin decirme nada o quizás dando gritos internos de lo que me estuve
callando por tanto tiempo.