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50 cosas que aprendí de las mujeres imperfectas



Hace poco más de un año creé mi podcast El club de las mujeres imperfectas, llevaba unos cuatro años consumiendo podcast casi que a diario y un día supe con determinación que yo debía tener mi propio podcast.

No estaba muy segura de qué podría hacerlo, tuve un intento fallido de un podcast sobre reflexiones de 5 minutos, pero sería más de lo mismo a como venía haciéndolo en mi blog.

Había creado una comunidad grande de escritoras invitadas así que hacer un podcast de entrevistas era una idea que se me había metido entre ceja y ceja.

Un día, casi que de forma lumínica, vino a mí el nombre El club de las mujeres imperfectas, más que todo la idea surge porque llevaba unos cuantos meses investigando sobre la sombra que todas llevamos dentro y siempre he estado en contra de la perfección absurda que nos venden en las redes sociales.

Segunda actitud a cambiar: No reprochar


Hace unas pocas semanas comencé un trío de lecturas que he titulado actitudes a cambiar, pero que fácilmente pueden llegar a ser mandamientos de vida y que están muy ligados con nuestro lenguaje y pensamientos; es importante aclarar que cuando escribo sobre crecimiento personal no estoy intentando enseñar a sentir, estoy intentando aprender a expresar lo que siento, así que si tú al igual que yo procuras a diario trabajar en ti para ser una mejor persona, tal vez no te habías percatado que estas actitudes hasta pueden pasar desapercibidas, y sin darte cuenta, te están haciendo mucho daño y están afectando tu entorno. La primera lectura lleva como nombre No subestimar y he denominado a este segundo mandato No reprochar, y a continuación lo voy a desarrollar.

El reproche es un discurso que asumimos como normal y que va en contra de la verdadera esencia del amor, nos vincula con el pasado y se funda muchas veces a partir de silencios prolongados que reafirman el desencuentro entre dos personas, sean éstas parejas, padres e hijos, amistades o familiares cercanos, y además siempre lleva consigo un tono de hostilidad y agresión que genera retracción en el reprochado.