La escritora y la autora, ¿antagonistas o aliadas?



El rol de la escritora es breve, no importa si llevas un par de años escribiendo ese libro que traes entre manos o ya casi va una década, en comparación con el rol de autora, que suele ser trascendental o más permanente en el tiempo, la vida útil de la escritora caduca cuando el libro ya está publicado.

Mientras que la escritora investiga, escribe, lee y se inspira desde la intimidad; la autora debe asistir al lanzamiento del libro, ofrecer entrevistas en diferentes medios sociales, participar en mesas redondas en donde esté involucrado su libro, o asistir a cenas, fiestas y eventos en donde pueda generar nuevos contactos.

Es decir, la paradoja entre ambos roles es que uno es más ermitaño y el otro es más sociable, pero los dos deben convivir bajo la misma piel para que no se conviertan en antagonistas, sino en estrechas aliadas.

Es por ello que mientras vas escribiendo tu libro debes hacerte las siguientes preguntas para ir visualizando a la autora en la que te vas a convertir:
  • ¿A qué conferencias y charlas quiero que me inviten?
  • ¿En qué tipo de revistas o blogs voy a escribir?
  • ¿En qué estaciones de radio o podcast me van a entrevistar?
  • ¿Qué nuevas conexiones voy a obtener?
  • ¿Cuántas personas voy a conocer?

Si apenas estás escribiendo el borrador de tu libro quizás te parezca muy apresurado ir haciendo estas preguntas, pero si tu finalidad principal es escribir para publicar, es muy probable que estas preguntas se vayan colando dentro de una programación de publicación.

Todas sabemos que escribir es un acto muy solitario, pero deja de serlo cuando llega el momento de publicar y debes salir de la cueva y comenzar a ser sociable para atraer lectores a tu libro.



Pero no tienes que esperar a que el libro esté publicado para transformarte de la escritora que escribe un libro a la autora que vende un libro, puedes ir trabajando en paralelo construyendo una visibilidad que vas a necesitar cuando el libro ya esté publicado, de hecho puedes ir preparando la salida triunfal de la autora que muchas veces se queda escondida bajo las faldas de la escritora por el temor a las críticas o el tan famoso miedo al fracaso o al éxito, que al fin y al cabo vienen siendo lo mismo.

La escritora debe comenzar a ver, desde su oscura habitación, los focos luminosos que pronto iluminarán a la autora sin que la encandilen.

Es cierto que la escritora es la que escribe el libro y la autora es la que se lleva el premio, es por ello que debes reconciliarte con ella antes de que se peleen porque a la autora le puede gustar más el marketing y los espacios publicitarios, en vez de una vida anónima y sin tanto ruido que prefiere la escritora.

Además, la autora es capaz de soltar el libro y entregárselo a sus lectores, se desapega por completo de esa historia que ha escrito y se atreve a escuchar o leer las críticas ajenas sin que eso tenga un gran efecto negativo o positivo en ella.

Empujar a tu escritora para que salga de su guarida creativa y se exponga a la vida que luego la autora sostendrá para que el libro vuele y se expanda, es una de las grandes tareas de alianza estratégica que debes ir forjando dentro de ti.

La autora debe ser una representante digna del libro que acaba de nacer, pero su representación no debería ser improvisada ni ocurrir el mismo día que el libro sale a la luz, tu deber como escritora es ir perfilando a tu autora, pero no una autora forzada con la que no te sientas cómoda, sino una que le guste estar en contacto con sus lectores, que se sienta atraída por trabajar en la promoción de su libro y además lo disfrute.

En la actualidad, como autora eres muy privilegiada ¿sabías?, ya no necesitas utilizar un seudónimo o apodo masculino para que tu libro sea publicado, ni acortar las iniciales de tu nombre como lo hizo Joanne Rowling, la autora de Harry Potter, obligada por los editores para no especificar su género, hoy en día puedes ver tu nombre completo en la portada del libro sin que ello signifique vergüenza y mucho menos denigrante.

La autoría de tu libro debe ser algo que te llene de orgullo y satisfacción, es el trabajo consolidado que la escritora que eres asumió, pero que debes entregarle a la autora para que continúe el trabajo de expansión.

Escritora y autora no son antagonistas, al contrario, son imprescindibles aliadas que caminan juntas con un mismo objetivo: un libro que les pertenece a ambas, solo que la autora da la cara por las dos, mientras que la escritora regresa a sus aposentos a continuar el camino de la escritura, ya sea la de un nuevo libro, ya sea para apoyar a la autora en la divulgación del libro.

No se trata de dos mujeres, eres tú misma asumiendo dos roles distintos diferenciados por polaridades o temperamentos adversos, pero que se complementan cuando el libro las requiere unidas y provocando en consonancia el nacimiento de un nuevo libro, tu libro.

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